Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de coronavirus (COVID-19) como pandemia, el mundo está tomando medidas para contener el riesgo de propagación, entre ellas se encuentra el aislamiento social o lo que la Secretaría de Salud (SSA) en México ha nombrado “Jornada Nacional de Sana Distancia”, la cual tendrá consecuencias a muchos niveles; desde una debacle en la economía del país, hasta un impacto en la salud mental de sus habitantes.
En conferencia de prensa remota, la Dra. Georgina Chi Lem, Gerente Médico de Sistema Nervioso Central de Upjohn México, explicó que “la reacción ante este nuevo problema de salud, un panorama incierto y la disrupción rutinaria de millones de personas como por ejemplo: la suspensión de clases, el inicio de nuevas formas de trabajo virtual (home office), y el cierre de establecimientos, ha empezado a generar en los individuos y las familias un nuevo escenario propicio para no manejar adecuadamente los conflictos como: ansiedad, estrés, nerviosismo y agravar las condiciones psiquiátricas preexistentes como la depresión”[iv].
De acuerdo con el Dr. Bernardo Ng Solís, Presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C, no todo el mundo es capaz de pasar con tranquilidad un periodo de encierro en el que, además, las constantes noticias sobre la pandemia ocasionan efectos emocionales como hastío, desánimo, enojo, insomnio, tristeza y ansiedad ante la posibilidad de contagiarse,[v] lo que produce un mayor impacto en quienes ya viven con trastornos de salud mental[vi].
Estudios realizados en poblaciones sometidas a una amenaza que genera miedo o terror, como pandemias, han identificado que hasta más del 80% de las personas expresan manifestaciones sintomáticas de miedo o pánico[vii], por lo que una aproximación racional en la atención en salud mental implica el reconocimiento de las diferencias de vulnerabilidad de los distintos grupos poblacionales.
«Entre una tercera parte y la mitad de la población podría sufrir alguna manifestación psicopatológica según la magnitud del evento y el grado da vulnerabilidad.[viii]declaró el Dr. Ng Solís. Si bien algunas manifestaciones psíquicas como ansiedad y estrés, son la respuesta comprensible y transitoria ante la situación, hay que estar alerta porque su incremento también puede ser indicador de que se está pasando hacia una condición patológica.
De acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS), algunos criterios para determinar que una expresión emocional se está convirtiendo en sintomática son: experimentar por largos periodos de tiempos los síntomas, sufrimiento intenso, complicaciones asociadas (por ejemplo, conducta suicida) y afectación significativa del funcionamiento social y cotidiano[x].
Sin embargo, quedarse en casa no tiene por qué convertirse en un problema, particularmente si es por el bienestar propio y de la comunidad, aseguró la Mtra. Gabriela Cámara Cáceres, Presidenta Honoraria de la Asociación Voz Pro Salud Mental: “Es de especial importancia conservar la calma y no caer en situaciones de pánico, entre ellas hacer compras innecesarias, ya que afectaremos la posibilidad de compra de otros y nuestra propia economía. Por ello, compartimos una serie de recomendaciones para hacer más llevadera la cuarentena”[xi],[xii]:
- Recuerda que es una situación temporal.
- Mantente en contacto con tus seres queridos y trata de continuar con tus rutinas diarias; puedes ocupar tus redes sociales o tecnologías en general para comunicarte con otros.
- Pon atención a tus propias necesidades y sentimientos. Si te sientes estresado o ansioso, procura enfocarte en actividades que te gusten y que te relajen como escuchar música, colorear o inventar un juego en familia.
- Puedes hacer yoga, meditación por internet. Si vives en edificio puedes subir y bajar escaleras y hasta hacer competencia con tus familiares, no hay pretexto siempre puedes poner música y bailar por media hora para hacer ejercicio.
- Mantente actualizado de fuentes confiables como la OMS sobre las noticias del coronavirus; con dos veces al día es suficiente, con la finalidad de que no todo el día estés estresado o angustiado. Evita hacer caso a rumores o información no comprobada científicamente. Si tienes dudas, no satures los servicios de salud, habla con tu médico.
- No relaciones la enfermedad con ninguna nacionalidad o grupo étnico; en cambio, sé más empático con aquellos que han dado positivo al virus.
- Busca la manera de compartir historias y experiencias positivas de personas que se han recuperado o han recibido el apoyo de sus seres queridos.
- No fumes, consumas alcohol u otras drogas para contrarrestar emociones de ansiedad o estrés. Tampoco abandones tu tratamiento médico. Los familiares que viven con personas que tienen un diagnóstico ya preexistente, deben de mantener comunicación con el médico tratante a fin de evitar una crisis.
- Los límites deben de ser claros para mantener un ambiente sano en casa.
Por último los especialistas hicieron hincapié en que en momentos como éste en el que no sólo el país, sino el mundo entero está siendo afectado por el COVID-19, debemos ser más humanitarios, trabajar juntos y seguir las indicaciones de los expertos.
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